Es un procedimiento seguro y efectivo para tratar la obesidad y las enfermedades relacionadas a ella, tales como la diabetes mellitus y la hipertensión entre otras.
La manga gástrica es cirugía de mínima invasión, en la cual los pacientes presentan una recuperación increíblemente rápida.
Con la Manga Gástrica los pacientes bajarán de peso de manera satisfactoria, sus condiciones médicas mejoran, no vuelven a subir de peso. Además la pérdida de peso es ligeramente más lenta y paulatina que con el bypass por lo cual no hay tantos cambios metabólicos negativos.
La Manga Gástrica, como su nombre mismo lo indica, consiste en darle al estómago la forma de una manga o tubo, y al mismo tiempo disminuir su tamaño en aproximadamente un 85 a 70% o poco más de dos tercios (según el tamaño del estómago de cada paciente).
Por poner un ejemplo, un estómago de un paciente obeso, que es aproximadamente del tamaño de un balón de futbol americano, quedará aproximadamente del tamaño de una pelota de tenis.
La cirugía se realiza por vía laparoscópica, esto consiste en cinco pequeñas incisiones (menores de 1cm) distribuidas en el abdomen del paciente. Por esas pequeñas incisiones se introduce equipo especial para trabajar dentro del abdomen y una cámara de fibra óptica para poder observar el procedimiento en una pantalla.
En esta cirugía se utiliza anestesia general, por ser la más segura para el paciente y permitir que la cirugía se lleve a cabo por vía laparoscópica.
No se corta intestino ni se deriva el tránsito intestinal normal.
Los pacientes operados de Manga Gástrica bajan de peso por dos razones principales:
La primera es debido a que su estómago es ahora más pequeño, menos de un tercio del tamaño que tenía antes de la cirugía, de tal manera que al comer se llenan mucho más rápido con menos alimento.
La segunda razón, muy importante sobre todo porque ayuda a que los pacientes se sientan bien con lo poco que comen, es precisamente la pérdida del hambre y de la ansiedad por comer que produce la disminución de la GHRELINA al cortar el fondo gástrico. Los pacientes comen porque saben que deben comer, no porque tengan hambre. No hay ansiedad por comer.
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